Los excesos del verano

Pasa el verano, la vida sigue tras las vacaciones, volvemos a las rutinas diarias, el trabajo, los niños, la casa, y los gastos, los temidos gastos, además este año nos hemos excedido un poco más en las vacaciones y lo vamos a pagar caro, tan caro que ya estamos en números rojos y apenas ha comenzado el mes. Ante todo piensas en las letras de coche que te quedan por pagar y la hipoteca que cada mes está más cara, los gastos de la casa, la luz, el agua el gas y suma y sigue…todos estos gastos se pueden aplacar solicitando préstamos con ASNEF por suerte hay entidades que aun estando en esas listas te conceden prestamos para salir del mal momento que estas pasando.

Hay meses increíblemente largos, no porque tengan más días, si no porque con los gasto que nos esperan se nos hacen eternos y no se ha acabado uno cuando ha llegado el siguiente con los mismos gastos o más. Pero es que ¿a quién no le gusta disfrutar de las vacaciones? Poder salir por las noches a pasear por el paseo marítimo a tomar una copa o un helado con los niños, poder degustar una buena comida en un buen restaurante, visitar algún parque de atracciones sin miedo a lo que pueda costar o poder viajar a donde quieras por caro que sea.

No todos podemos permitirnos las mismas vacaciones, los hay que pueden ir a Benidorm y los hay que se pueden ir al Caribe o a Nueva York todo dependerá de la economía de los ahorros de los que dispongamos. Si hemos elegido como destino vacacional una isla del Caribe tenemos que estar dispuestos a gastar mucho dinero, y si no contamos con él tal vez deberíamos plantearnos de nuevo el destino.

Debemos de saber que los préstamos están muy bien pero que no nos eximen de pagos, es decir nos ofrecen la posibilidad de viajar y gastar lo que queramos pero debemos de ser conscientes de que tendremos que empezar a pagar el mes siguiente, eso sí en cómodas mensualidades y por un periodo de tiempo lo mas de confortable, así podemos hacer frente de los gastos sin necesidad de privarnos o privar a los nuestros de los caprichos que tengan, eso sí, siempre con cabeza no vayamos a pecar de orgullosos y no podamos costearnos tanto capricho.